Conozca a la ganadora del Premio Latinoamericano de Poesía Ciro Mendía 2021
En el evento de premiación el pasado lunes 11 de octubre se dio a conocer el nombre de la ganadora de esta versión del Premio Latinoamericano de Poesía Ciro Mendía, una velada muy artística en la que rendimos homenaje a nuestro célebre escritor Ciro Mendía y amenizamos la velada con el trío musical Meditango.
Para descargar el acta de premiación, haga clic aquí
Marisa Martínez Pérsico (Lomas de Zamora, Buenos Aires, Argentina, 1978)
Poeta, traductora del idioma italiano, investigadora y profesora universitaria radicada en Italia en 2010. Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y doctora en Literatura Española e Hispanoamericana por la de Salamanca.
Sus poemarios: Las voces de las hojas (1998, Ediciones Baobab, Buenos Aires, Primer Premio en el Certamen Río de la Plata II, con el auspicio de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina), Poética ambulante (2003, Edición del Instituto Cultural del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires – Certamen Arte Joven de la Provincia), Los pliegos obtusos (2004, Edición del Instituto Cultural del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires – Certamen Arte Joven de la Provincia), La única puerta era la tuya (2015, Verbum, Madrid, finalista del Premio Pilar Fernández Labrador, Salamanca), El cielo entre paréntesis (2017, Valparaíso España), Finlandia (2021 RIL Editores Chile / España), Principios y continuaciones (Pre-Textos, 2021).
Con 17 años recibió el premio de ensayo literario otorgado por la UNESCO en conmemoración a la caída en batalla de José Martí, que implicó una estancia en Cuba. La revista argentina Plebella la incluyó en 2008 en la categoría de “Poeta revelación”. Su poesía ha sido traducida al inglés, ruso, portugués, francés, macedonio, armenio e italiano (en algunos casos, gracias al Programa de Ayudas a la Traducción otorgado por la Cancillería Argentina). Participó en festivales internacionales en India, Colombia, Rusia, Argentina, Macedonia, México, España. La editorial argentina El suri porfiado publicó su antología Después de la ceniza. Poemas 1998-2017 y su poesía apareció en diversas antologías de Europa y Latinoamérica. Obtuvo una writing residency en Villa Sarkia (Sysmä, Finlandia) en 2020 y otra en Cerdeira Village (Portugal) en 2021. Durante esta última estancia concluyó el libro Un cielo para los gatos.
Publicamos una selección de poemas del libro ganador, realizada por la autora:
FUEGOS FATUOS
Qué inútiles las cosas
compradas en los viajes.
Adornos de mal gusto. Mecanismos en serie.
Antiguas cerraduras del deseo
con las llaves perdidas.
Pero esta vez recordé
cuando tuviste
que apagar el cigarrillo en un portamacetas.
Estábamos sentados en el patio, debajo de la luna,
rompiendo, lentamente, la distancia
y preguntaste:
«¿de dónde nace un poema?»
Te dije: «de una nuez»
«de un gato que se escapa por una claraboya»
«si nacen del dolor, se escriben a destiempo»
«de una noche como esta»
Por eso, en Lisboa,
acabo de comprar un cenicero.
Minúsculo, discreto. Seguro que te gusta.
Lo encontré en la estación de Santa Apolónia
con la placa de bronce
que recuerda la transición democrática,
esa hazaña improbable en los continentes
de dictadores y profetas como el mío.
Lo sé.
Las cosas que compramos en los viajes
rara vez se utilizan.
Pero si un día volvieras preguntando
cómo escribo un poema
déjame que te muestre
antes del fuego
adónde van tus cenizas.
INVITACIÓN
(A Giovanny Gómez, en su eternidad)
…cuando éramos dulces compañeros de juego en la tarde,
al borde de la fuente azulada.
George Trakl, A un muerto prematuro
Ven,
irrumpe en mis palabras como el aire,
en este agosto
de incrédulas colinas.
¿Cómo el limo agorero
vino tan prontamente
a segar la frescura de la parra
con su remo de niebla?
Fósiles
incinerados del crepúsculo
titilaban en lo alto, con gracia prodigiosa,
y se escuchó un vagido
pero los dioses estaban veraneando
y no encontraron querubines de turno
así que te mandaron comitivas
de alimañas feroces.
Tú,
que nunca te embarraste
con lealtades precarias
del parque abandonado en el que somos juguetes,
¿dónde fuiste a brillar?
Encendemos la luz: un alboroto
de moscas en mitad
de la casa se dispersa.
Así el recuerdo.
La endeble eternidad de la memoria.
Desde tu último viaje, cada noche
si interrogo al vacío,
con beatitud extraña, una presencia
se me acerca y susurra, dulcemente:
«compañera: respira»
ENVIDIA DEL PASADO
En un pueblo de Bérgamo
una casualidad irónica y perversa
quiso que ella
resbalara en un peñasco de hielo
allí donde los mapas
advierten: «Il salto degli sposi»
y que él cayera al vacío
en el intento inútil de salvarla.
La malva pensativa del poniente
que apenas se demora
en la pupila de los visitantes atentos
fue testigo del salto voluntario
que dio nombre
al precipicio fatal, en la estación romántica:
la pareja de jóvenes polacos
arrojándose abrazados al abismo.
«Quisieron preservar la pasión
del deterioro», afirma la leyenda.
A veces desearía, al precio de la muerte,
un amor de otro siglo,
con un final así.
UN CIELO PARA LOS GATOS
Las piangüeras,
mujeres inventadas por las aguas de los vientos pacíficos
recogen berberechos en el río Naya
con la emoción del niño
que celebra los huevos de cigüeña
porque piensa que de ahí
nacieron sus hermanos.
Un día, los moluscos
empezaron a pedir permiso a las libélulas
para ser, ellos también, huéspedes del aire
entonces las mujeres
ordenaron vedas y descansos
en el hospital de los manglares
para evitar la extinción.
Arena y agua, unidas,
pueden fundar ciudades.
Pero el corazón profundo del cemento
sigue siendo su fragilidad.
Lo sabían las ebanistas de ruinas,
con pañuelos y palas en la mano
que limpiaban escombros después de un bombardeo
para que otros construyeran edificios
mientras ellas se suicidaban
por no poder pagar el alquiler.
[…]
Pero a ver, Autora, escucha.
Ya tienes un copioso repertorio de pérdidas.
¿Por qué no te dedicas a frugar en tu historia?
¿Te crees con derecho a las penas no vividas?
¿Te interesan como tema literario?
¿Sientes culpa de tu presunto bienestar?
¿Te limpia la conciencia?
¿Sirve de algo?
ANUTKA Y LOS BÚHOS
Ha muerto la vecina de la planta baja.
Desde el balcón observo
el camión de la mudanza. Oigo
a sus hijos dando asépticas
instrucciones a los empleados.
Ha muerto así, serenamente,
sin morteros, ni túneles ni mujeres violadas.
«Es el modo perfecto de morir, sin enterarse»
opinan mis vecinos del grupo de los vivos.
Pero yo la escuché que cantaba hacia adentro,
arrullando un dolor convertido en necrosis.
Coleccionaba enanos de jardín
y yo bajaba a verlos, cuando vine a esta casa.
Un día me leyó «Anutka y los búhos»
un cuento imprevisible donde había
lobitos y canarios jugando a las canicas.
¿Reverbera su ausencia en algún borde de mí?
pregunto mientras busco
objetos conocidos
en las cajas abiertas que suben al camión.
Me turba
un sentimiento de normalidad,
la sensación de luto razonable
si se está de regreso.
Un día, en la farmacia,
frente a la máquina expendedora de turnos,
un letrero decía: «ritirare il biglietto dalla feritoia».
Feritoia, «ranura», pero yo entendí «herida».
Retirar el numerito de la herida.
Quizás tengan razón los vecinos
y en este gran mercado irremediable y confuso
la suya sea la forma
más bella (y ordenada) de morir.
ECO Y NARCISO RELOADED
En el futuro habrá, posiblemente, una profesión que se llamará oyente.
Byung-Chul Han, La expulsión de lo distinto
Como manecillas
caídas de un reloj sin dueño
que con su llanto tenue apostrofa la tarde
–podríamos llamarlo Dios–
entre los crematorios cinco y seis
donde apilaban
montículos, aún tibios, de ropas inocentes,
allí, al acecho de verdugos,
se encontraban
los amantes de este poema.
A Milca le habían destinado ocupaciones contables.
Eximieron a Adif, porque era músico,
de transportar a los suicidas
que se arrojaban a las cercas electrificadas.
Los almendros acariciados por la luna
aplacaban la condición inconsolable de la voluntad mutilada.
Los amantes soñaban con conejos, con lobos ululando
entre la niebla libre, y mientras se deslizaban
debajo de los trapos para besar sus sexos, en voz baja decían:
«Benévolos colores, no obedezcan a las cosas, dejen
que algo sobreviva de nosotros»
Prometieron reencontrarse en Varsovia.
A veces, el mérito de un pacto
es tan solo el impulso para poder seguir.
«¿Sobreviví por ti?», preguntó él, setenta años más tarde.
«Tres veces evité que te mandaran a la cámara de gas».
«¿Recuerdas la canción que susurrabas, acostado a mi lado?».
«No he podido olvidarla. Y no la puedo cantar».
–Pero, ¿qué importan las respuestas, a esta altura? –podría
lamentarse el público impaciente.
Importan, sí. Pero cambiemos
los sitios y los nombres, como en una partida de Monopoly.
Pongamos la ficha de mi abuelo, o la de sus hermanos
fusilados –después de todo, soy
lo más cercano a los nietos que pudieron tener–.
Suplantemos Treblinka por Cantabria. Y agreguemos
los números tatuados en los brazos de las celdas franquistas,
premiados por su habilidad de preparar cocidos o tocar el violín.
–Es muy largo, cariño. Excede una pantalla.
CANTIGA DE AMIGO MILLENIAL
Ay, flores del balcón vecino,
¿sabéis algo de mi amigo?
Ay, flores del supermercado,
¿sabéis algo de mi amado?
¿Sabéis nuevas de mi amigo,
aquel que con emoticonos me ha mentido?
¿Sabéis nuevas de mi amado,
aquel que con la aplicación de citas me ha engañado?
Vos me preguntáis por vuestro amado
y yo os digo que está vivo y sano.
Vos me preguntáis por vuestro amigo
y yo os digo que está sano y vivo.
Ay, joder, ¿y dónde está?
Yo os digo que está vivo y sano
pero que tiene el móvil silenciado.
Yo os digo que está sano y vivo
y que estará con vos cuando se haya aburrido.
Ay, Dios…
DERRUMBAMIENTO (in memoriam Joan Margarit)
A los inmuebles
que no están perfectamente edificados
unos junto a otros
se los conoce
como «heridos de alineamiento».
Cuando un perito así lo determina,
se los puede demoler
y reconstruir
en armonía con el resto.
Ojalá se lograra
de una sola explosión.
Pero la vida no es un edificio.
Hay que volver a la placenta por un camino lento,
nacer hacia atrás.